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lunes, 30 de junio de 2014

Los medios justifican los medios

No hay día en que algún medio de comunicación no publique, o bien en sus portadas, o bien en sus páginas principales, una pseudonoticia completamente contrastada sobre Podemos y sus vínculos con el ETA, el chavismo, Irán, los Testigos de Jehová, Boko Haram y el toro que mató a Manolete. El resumen lo posteaba hoy un usuario en Twitter: "¿Se ha planteado Podemos como vía de financiación demandas por calumnias?". Lo apuntado en tono jocoso es una opción factible, teniendo en cuenta la ingente cantidad de barbaridades que se han imprimido en las últimas semanas.

viernes, 20 de junio de 2014

¡Claro que se puede!

Ni la más siniestra película gore daba tanto miedo como Madrid ayer por la tarde. La Gran Vía, toda emperifollada de orgullo patriótico, esperaba cortada, vacía, inerte, la proclamación del nuevo monarca de este reino que amenaza con hundirse. Algunos lo comparaban con los desfiles hitlerianos del Berlín de 1934. A lo que respondo que sí, que un aire se daba, que los nacionales parecían las SS, pero que en la Alemania del III Reich quienes organizaban esos colosales despliegues de exaltación patriótica no sacaban su capital del país con destino a paraísos fiscales. 

No sé bien como responder ante esa fotografía. Si reír por lo ridículo de una celebración de ese tipo a estas alturas. Si llorar por la tristeza que emana esa arteria desoladora, perfecto reflejo de la situación del país: estática, inmóvil, hueca. Si reventar de indignación cuando se gastan millones de euros en engalanar la capital de rojigualda, cortar las calles a súbditos con menores derechos que el Rey -así lo estipula la Constitución- y desplegar un enorme efectivo policial que aplaste una concentración ilegal, aunque de nuevo la Constitución avale su legitimidad, mientras que más de dos millones de niños sufren malnutrición, cinco millones de adultos están desempleados y otro millón de jóvenes ha tenido que refugiarse en países europeos, víctimas del exilio económico. 

viernes, 13 de junio de 2014

Segrectividad

Desde la noche de los tiempos, las distintas razas del género humano se han caracterizado por su pavor ante lo desconocido. La xenofobia que hoy achacamos a la tozudez e intolerancia de las mentes más cerradas también se daba en la Edad de Piedra entre tribus rivales. Solo el paso del tiempo, los progresos en el ámbito social, el remordimiento y la conciencia del daño causado con las barbaridades imperialistas y la apertura de las sociedades han logrado paliar ese fenómeno tan genuino, inherente de la condición humana, como el temor ante lo que se desconoce. 

Eruditos, literatos, moderados, sabihondos y toda esa prole de intelectuales racionalistas han coincidido en que la única manera de hacer frente a los comportamientos xenófobos es apostando por el conocimiento. Lo que tiene su lógica: para evitar tener miedo a lo que uno desconoce, se aboga porque lo conozca, con lo cual, dejará de tenerlo. Sencillo. 
Lo compartió, uno de los más expresivos narradores de la literatura española, Pío Baroja, cuando dijo aquello de "el carlismo se cura leyendo y el nacionalismo, viajando". Leer y viajar, al fin y al cabo, son dos magníficas fuentes de conocimiento y sabiduría.

lunes, 2 de junio de 2014

La oportunidad de nuestra democracia

Juan Carlos I, tras 39 años ejerciendo como Rey de España, ha abdicado en favor de su hijo Felipe. La corona española, la inviolable e irresponsable, cambia de dueño. La corona española, envejecida y anquilosada, cambia de dueño. Lo que no cambia, es la Jefatura del Estado, pues seguirá estando en manos de esa oxidada corona. No cambia, porque seguirá, como desde hace cuatro décadas, dando la espalda a los ciudadanos.

Tras años de caídas, escándalos de corrupción, cacerías y otras irresponsabilidades, siempre avaladas por la Constitución, el monarca ha iniciado la sucesión del trono. Mientras tanto, la prensa, casi en su totalidad, y las grandes fuerzas políticas quieren disimular una decisión de ese extraordinario alcance con un maquillaje de ordinaria normalidad.